Silencio

Para la dramaturga y actriz Ana Diosdado, el teatro es una ceremonia, no es un entretenimiento. Pero para Mayorga, es un acontecimiento.

El teatro de Juan Mayorga es un teatro de palabra y de pensamiento, que se disfruta viéndolo y también leyéndolo. El autor reivindica la lectura dramática.

En su discurso de ingreso, titulado Ocupados por las palabras, a la Real Academia Española en 19 de mayo de 2019 para ocupar el sillón M, el dramaturgo, filósofo y matemático Juan Mayorga especulaba con la fantasía de que quien lo estuviera pronunciando fuese un actor que le representase. Y así se crea Silencio, que va sobre la ausencia de palabras en la vida y en el teatro, así como para viajar por silencios teatrales que resuenan en su memoria y en su cuerpo.

Mayorga es exigente, para él y sus lectores. Generoso hasta para sus críticos. La crítica es un acto de lealtad. También es obsceno e incómodo. Fuerza al espectador a estar en el lado equivocado, con el victimario no con la víctima. Que entre en lo peligroso. En la “zona gris” concepto desarrollado por Primo Levi, superviviente de Auschwitz, en su obra Los hundidos y los salvados, para referirse a la vida en los campos de exterminio nazis, en concreto a la vida de los judíos que eran obligados a contribuir a su propia destrucción, siendo así colaboradores forzados del genocidio nazi. Esta zona de implicación dificulta también el análisis moral, pues por un lado se rompe la distinción entre verdugos y víctimas puras, al tiempo que es necesario establecer distinciones entre quienes formaban parte de la máquina de destrucción del totalitarismo y quienes eran forzados a engrasar dicha maquinaria.

La palabra favorita del dramaturgo es desplegar.

En Silencio hay:

Monólogos teatrales: La voz humana, fue escrito para la actriz y cantante francesa Edith Piaf en 1930, por su mejor amigo, Jean Cocteau. Ella no se atrevió a estrenarlo por temor a subirse a un escenario sin músicos. Se trata de un monólogo que habla de la mayor tragedia posible: saberse despreciado por el ser amado. Un tema tan elemental como una decepción amorosa. Otros conocidos, Cinco horas con Mario o Señora de rojo sobre fondo gris

Cuatro planos: El discurso, las acotaciones, lo que dice la actriz y lo que a veces representa.

Metateatro: El uso del metateatro revela la intención de dramaturgo de hablar de teatro, de sus técnicas y funcionamiento, que se convierten momentáneamente en un tema dominante. Manifiesta también un interés por la recreación formal, la propia contemplación e incluso la justificación personal de determinados planteamientos dramáticos.

La representación: La actriz Blanca Portillo da una lección magistral de interpretación en este monólogo metateatral, donde asistida tanto de su capacidad de oratoria como de sus dotes gestuales va repasando a personajes inmortales de los escenarios, como Creonte y Hemón, de la tragedia de Sófocles Antígona, Rosaura, de la obra paradigmática de Calderón de la Barca La vida es sueño; y Lopajin y Varia, de El jardín de los cerezos, de Chéjov. Entre las escenas breves del tramo final también hay guiños a La casa de Bernarda Alba, Woyzeck, El gran inquisidor y Tres hermanas, para rematar con Hamlet y su célebre frase final "el resto es silencio".

Para Mayorga “Esta obra se levanta sobre el decir y el callar, la voz bella y poderosa y el gesto exacto, de una actriz extraordinaria. Ojalá ofrezca aquello que constituye, desde los griegos, el teatro que ambos amamos: acción, emoción, poesía y pensamiento”

El diseño de vestuario, sonido e iluminación es sobrio, pero efectivo. Para cada recreación y autor que se menciona en el monólogo, aparecen filtros verdes, rojos y azules. También hay algunos ecos y golpes en la voz de la actriz, que pueden ayudar a crear ese espacio de sugestión teatral. En una obra de hora y cuarenta minutos, con un texto denso y de gran carga intelectual, esas ayudas a la imaginación parecen casi imprescindibles para un público de todo tipo.

Si ‘Silencio’, un discurso al cabo, funciona sobre las tablas, es solo en parte por la prosa de Mayorga. En otra parte, enorme, el resultado teatral se debe al descomunal talento escénico de Portillo. Su repertorio abarca el clown, el gesto, el esfuerzo físico y una capacidad de transformación que debería ser obligatoria para cualquiera que se diga actor. Según avanza la pieza, Portillo abraza la metateatralidad -¿cuánto de sus pausas y comentarios serán del propio Mayorga y cuánto añadidos de la actriz?- y su entrega y su talento se alían en una explosión actoral.

Juan Mayorga (Chamberí, Madrid, 1965)

Juan Mayorga realiza sus estudios superiores de Filosofía en la UNED y de Matemáticas en la UAM. Obtiene la licenciatura en ambas disciplinas en 1988. Amplía estudios en Münster, Berlín y París.

Ha estudiado Dramaturgia con Marco Antonio de la Parra, José Sanchis Sinisterra y en la Royal Court Theatre International Summer School de Londres. Ha sido profesor de Matemáticas en Madrid y Alcalá de Henares, profesor de Dramaturgia y de Filosofía en la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid.

Entre otros ha obtenido los premios Nacional de Teatro, Nacional de Literatura Dramática, Valle-Inclán, Ceres, La Barraca y Premio Max al mejor autor y a la mejor adaptación.

Es autor de los siguientes textos teatrales: “Siete hombres buenos”, “El jardín quemado” (Manicomio), “Cartas de amor a Stalin”,”Himmelweg”, “La colección”, “María Luisa”, “La tortuga de Darwin “El crítico” o El golem

Ha escrito versiones de textos de Calderón, Lope, Shakespeare, Lessing, Dostoievski, Chejov, Ibsen o Kafka. Su obra ha sido estrenada en treinta países y traducida a veinte idiomas.

En 2011 Juan Mayorga funda la compañía La Loca de la Casa, con la que en 2012 puso en escena su obra “La lengua en pedazos”, en 2015 “Reikiavik” y en 2016 «El cartógrafo”.

Su obra ‘El chico de la última fila‘ ha sido llevada a la gran pantalla en 2012 de la mano de François Ozon con el título de ‘En la casa‘ (Dans la maison). La película consiguió, entre otros premios, la Concha de Oro a la Mejor Película y al Mejor Guion en el Festival de San Sebastián.

Y en febrero de 2022 La Comisión de Dirección del Patronato de la Fundación Teatro de La Abadía acuerda el nombramiento de Juan Mayorga como nuevo director artístico del Teatro de la Abadía y del Corral de Comedias de Alcalá de Henares.

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