Después de Antonio Oliveira.

"Murió vivo" fue el epitafio de Antonio Gala, que además de poeta y novelista fue dramaturgo. Una vertiente “teatrera” que pocos conocemos. Se recomienda para empezar el título Los verdes campos del Edén, que vio la luz en el año 1963 y también destaca, pero de tipo histórico, la obra teatral que Antonio Gala escribió en 1973 consiguiendo el Premio del Espectador y la Crítica con su representación en el Teatro Eslava de Madrid. Nos estamos refiriendo al trabajo que lleva por título Anillos para una dama.

De Gala también es la frase ” No se trata de añadir años a la vida, sino de dar vida a los años”. Esos años que deberían de haber vivido, llenos de calidad, Matilde y Anselmo.

He tenido que volver a leerme la obra porque habéis puesto el ojo en una serie de detalles que para mi han pasado desapercibidos. También tras la lectura me he dado cuenta que no hemos tratado asuntos tan reveladores como la presencia de la planta o el contenido del coro.

Antonio Oliveira, este autor, actor, director y saxofonista zamorano, nos ha dejado una obra, de apariencia sencilla, que nos ha removido y que ha evidenciado, lo que suele pasar en estas reuniones, las múltiples interpretaciones del negro sobre blanco que afloran en cada uno de nosotros.

Esta historia que recuerda al teatro del absurdo, del teatro de la farsa, es una tragicomedia que conquisto al jurado del I Premio de Textos Teatrales Juan José Ferrando en el año 2021. Oliveira afirma que esta obra la empezó a escribir en el verano de 2019, cuando nadie se imaginaba lo que pasaría posteriormente. Después, no se puede considerar una distopía, ya que transita en la realidad. Lo sí que es,  es una obra muy crítica.

"Asusta la realidad tan dura que nos rodea", comenta Olivencia.

Un desastre ¿natural? destruye la vivienda de Matilde y Anselmo. Todo el país o parte del mundo, no lo sabemos con seguridad, ha quedado aniquilado. La obra transcurre “después” justo de ese instante, cuando ellos tratan de entender lo sucedido, (el lector también), y reorganizar sus “vidas” que discurren ahora entre el delirio y la ensoñación.

La obra es una fotografía del panorama social actual: El tema de los desahucios, las hipotecas, las facturas, el trabajo, los hijos, las nuevas tecnologías, el cambio climático, los poderes, el progreso y los medios de comunicación.

Al principio, se nos presenta el panorama que ha dejado un supuesto huracán. Matilde y Anselmo han sobrevivido gracias a un "refugio" (una metáfora de lo importante que es un hogar). Ellos pensaban que esto no podía pasar "aquí", eso era en otros lugares. Tanto reciclar para nada. ¿Qué edad tienen estos personajes? Parecen mayores. Anselmo está en paro, no jubilado. Podrían ser jóvenes, como se planteo en la reunión. Estamos en el siglo XXI, pero en que año. Y entonces aparece Ricardo. El matrimonio tiene un hijo.

El joven Ricardo se ha salvado. Con un lenguaje muy particular (dicen que por la influencia de los youtubera, pero estos no destacan precisamente por su arte dialéctico), nos cuenta una historia rocambolesca. Alguien mencionó que cuando no está bajo la influencia del móvil, su lenguaje fluye de mejor manera. Para sobrevivir, Ricardo marcha en busca de un enchufe.

El matrimonio queda solo. Discuten pero en el relato hay párrafos donde se demuestran como se quieren. No me da la sensación de que no se conozcan. Todo lo contrario. Anselmo quiere poner verde a toda esta devastación. Así aparece el tiesto. El tiesto cierra la obra. ¿Es la planta, la esperanza?

Y con el Rey, llegó el coro. Algunas veíamos al rey actual y otras, al emérito. Un rey preocupado por los discursos. Un rey alejado. Por fin da su discurso, lleno de palabras correctas, vacío de contenido. Anselmo pregunta por las ayudas prometidas. "No se preocupe. En un futuro muy próximo", le dice Braulio.

Ahora le toca el turno al Banquero y al Juez, junto a los policías Tino y Lino, Ley y orden. En medio del desastre, van a ejecutar el desahucio. Destacamos la frialdad en el trato, aunque para ellos sean clientes de toda la vida,  y el compadreo entre el poder económico y el judicial.

"Somos de la misma sustancia que los sueños, y nuestra breve vida culmina en un dormir". Matilde cita esta frase de Shakespeare, que nos indica que estamos dentro de una ensoñación. La causa del derrumbe no ha sido un huracán. El coro nos regaña, nos dice ¡palurdos!. Vamos por una deriva peligrosa. Han demolido el edificio. La duda se crea aquí. ¿Se quedan Matilde y Anselmo dentro conscientes de lo que va a pasar, no queriendo así no abandonar su "refugio"? o ¿les pilla la muerte por sorpresa mientras esperaban un desahucio inminente?

Antonio Oliveira nos deja un tiesto con una flor dentro. ¿Sabremos que hacer con esto?

En el encuentro tendremos la oportunidad de preguntarle al autor por sus guiños a Shakespeare, la presencia del coro, el uso del lenguaje correcto o ese final tan interpretable.

Anexo:

Tras la reunión hemos curioseado, a oscuras, por la zona en donde ensayan la obra. Un privilegio. Hemos tocado el vestuario, ¡ah! y hemos visto la capa del rey.








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