Las guerras de nuestros antepasados.

 

La violencia sin sentido

Contrapoduciòns (Cigarreras), Entrecajas Producciones (Silencio), Okapi Producciones (Muerte de un viajante), Salvador Collado (La voz dormida), Teatro corrosivo-Plenilunio Producciones (Después), Atalaya TNT (El avaro) y ahora Pentación y Secuencia 3

Pentación Espectáculos es una empresa que en el año 1988 formaron varios profesionales del teatro: José Luis Alonso de Santos, Gerardo Malla, Rafael Álvarez “El Brujo", Margarita Piñero, Tato Cabal y Jesús Cimarro. Un teatro que interese al público de hoy, que trate temas e historias “actuales", contemporáneas. En la actualidad, de los socios fundadores ha quedado Jesús Cimarro al frente de la empresa.
En 36 años haciendo teatro, Pentación ha puesto en escena más de 200 espectáculos, entre producciones propias y producciones ejecutivas y distribuciones. Ha conseguido más de 90 premios, entre ellos el Premio MAX 2005 al mejor productor privado.
Desde el año 2012, el Gobierno de Extremadura externalizó la gestión de esta cita anual encargándosela a la empresa Pentación Espectáculos con su director, Jesús Cimarro, al frente.
Desde el año 2005, Pentación incorpora la gestión y dirección de espacios escénicos a sus ámbitos de actividad con el Teatro Bellas Artes, en 2010, con el Teatro La Latina y en 2020 con el Teatro Reina Victoria. Además de significar un crecimiento de empresa, ha supuesto el enriquecimiento y desarrollo de nuestros equipos de gestión y nuestros equipos técnicos.

Fundada en 2004, Secuencia 3 Artes y Comunicación es una empresa que busca la creatividad y la calidad en todas las fases de la producción y de la exhibición de un espectáculo. Los diferentes departamentos de Secuencia 3 confluyen en la búsqueda del espectáculo artístico y del interés del público. Detras de esta empresa se encuentra Eduardo Galán, adaptador del libreto de Las guerras de nuestros antepasados (publicada en 1975, cuando Delibes tenía 55 años), 

La obra es el diálogo entre dos personajes: Pacífico Pérez, un preso de origen rural, y el doctor Francisco de Asis Burgueño López, que a lo largo de varias sesiones (tantas como capítulos/escenas) lo interroga para conocer la vida de Pacífico y averiguar las razones de muchas cosas que el doctor ya sabe y que el lector conoce a medida que avanza la novela. Es decir, a medida que la vida de Pacífico Pérez va surgiendo entre sus páginas y, con ella, la explicación de ese diálogo.

La vida de Pacífico, que transcurre a mediados del siglo XX, no es sencilla: el hombre es poca cosa en lo físico y lo mental, y convive con tres generaciones de hombres: el Bisa, el Abue y el Padre. Cada uno de ellos vivió una guerra: la carlista, la del Rif y la civil. Cada uno vivió «su» guerra de un modo y se «especializó» en determinado tipo de violencia del que se sienten orgullosos posiblemente porque les permitió sobrevivir y obtener un reconocimiento interior. ¿Cuál? ¿Por qué? Es algo tan simple como que, en el combate, quien mata puede creerse más listo que el muerto; presunción de inteligencia que se ve corroborada con una recompensa: la vida.

Pacífico no encuentra una guerra, ni tiene ganas de encontrarla. Quizás lo más parecido es la rivalidad pueblerina entre los dos núcleos de población que forman el municipio. A lo largo de su vida Pacífico conoce esa rivalidad, muestra su extrema sensibilidad para algunas cosas y sorprendentes habilidades para otras, y también conoce el trabajo (más o menos) y el amor (menos o más). Pero la violencia, que muchas veces aparece en la vida sin que ni quien la ejerce la prevea, es lo bastante poderosa para torcer el rumbo de muchas vidas.  

Pero, en este caso, no entendemos por qué Pacífico reacciona así, Tan friamente. Quizás porque llevaba ya dentro todo lo que había interiorizado a través de tres generaciones de guerreros o porque es un hombre apocado, corto de entendederas. Nos confunde su falta de empatía posterior cuando sufría tanto antes por el medio natural, ese medio que trata con tanto realismo mágico. Hay un momento que dice que ya no siente esas cosas, que eso era de chaval. El doctor Brugueño tampoco logra comprenderlo, por eso, interlocuta con nosotros buscando respuestas. Poco a poco se va dando cuenta que ese ser tierno que es Pacífico llega a convertirse en un asesino. 

En lo que es firme es en su postura respecto a La Candi. Eso lo tiene claro.cornudo no quiere ser.

Hablamos de las guerras, tan inherentes al ser humano. De la manipulación del hombre para llevarle a un enfrentamiento. Que no se nos ha enseñado a discernir, ni tampoco a tener empatía, ni a rechazar las guerras.
Esperamos que realmente la representación nos de las claves que no nos ha dado el libreto o que tras ella veamos más nítido lo que Delibes/Galán nos ha querido decir.

Las guerra de nuestros antepasados tiene una doble estructura fabulosa:
1. La construcción de los diálogos, en los que el doctor es más un hábil interrogador que un conversador, lo cual permite hacer fluir la acción a un ritmo constante, suave, sin emociones fuertes ni pérdidas de tiempo, dirigiendo la atención a aquello que la tiene y a nada más.
2. Esta primera estructura, que se repite en cada diálogo, se asienta en otra superior: el modo en que el discurrir de la vida de Pacífico se organiza de forma equilibrada pero también de modo que la acción acelera poco a poco hasta alcanzar unas páginas finales de enorme intensidad.                           
Hay que destacar en el texto la marca Delibes. La maestría en el uso de un lenguaje ya perdido: el utilizado en pueblos que durante siglos habían vivido casi aislados y que ahora que ya han dejado de ser lo que eran.

La obra es un alegato contra la sinrazón de la violencia. La obra va a la raíz del impulso asesino de los seres humanos y cómo domesticarlo. Los conceptos del bien y del mal necesarios para la simple supervivencia. y sobre hasta qué punto la violencia responde necesariamente o no a ellos.

Como adaptador, Eduardo Galán ha querido destacar el carácter complejo de Pacífico Pérez, su sumisión a los poderosos, su resignación casi franciscana ante un destino grabado en su memoria desde la cuna con las historias de las guerras que le contaban el Abue, el Bisa y Padre.. Ha respetado el esquema original de la novela de las siete entrevistas mantenidas por Pacífico con el psiquiatra de la prisión. En ellas se expresa con plena libertad y con el mejor lenguaje rural castellano, que con tanto acierto le concedió su autor original. Galán reconoce la gratísima colaboración recibida por parte del actor Carmelo Gómez (natural de un pueblo de León), que con tanto entusiasmo como conocimiento ha trabajado para “pulir” la última versión del texto.

La obra teatral: un diálogo entre la ternura y la violencia

La obra se estrenó en 1989 en Madrid, donde estuvo en cartel 10 meses, con los actores José Sacristán y Juan José Otegui, dirigidos por el cineasta Antonio Giménez Rico y producidos por José Sámano. La ficha técnica de obra que vamos a ver es:

Reparto

Carmelo Gómez
Miguel Hermoso

Ficha artística

Autor: Miguel Delibes
Adaptación teatral: Eduardo Galán
Iluminación: Juan Gómez Cornejo
Escenografía: Monica Boromello
Vestuario: Yaiza Pinillos
Espacio Sonoro: Manu Solís
Ayudante Dirección: María Garcia de Oteyza
Productor: Jesús Cimarro
Dirección: Claudio Tolcachir
Producción: PENTACION Y SECUENCIA 3

Nombres a tener en cuenta

Eduardo Galán, el adaptador
(Madrid, 1967)


Eduardo Galán es un dramaturgo, guionista, novelista y ensayista español. Actualmente es vicepresidente 1º de la Academia de las Artes Escénicas de España, miembro de la Junta Directiva y del Consejo de Dirección de SGAE y Secretario General de la Asociación de Productores y Teatros de Madrid (APTEM). Como autor teatral ha estrenado más de treinta obras originales y muchas adaptaciones. Entre las originales sobresalen La profesoraLa curva de la felicidad, Blablacoche, La sombra del poder… 

Y entre las adaptaciones figuran, entre otras, Las guerras de nuestros antepasados (de Miguel Delibes), Los pazos de Ulloa (de Emilia Pardo Bazán), Un marido ideal y La importancia de llamarse Ernesto (de Óscar Wilde), el musical, El fantasma de la ópera (de Lloyd Weber), La Celestina (de Fernando de Rojas) , La Regenta (de Leopoldo Alas Clarín, próximo estreno a principios de 2024)…

Como novelista ha publicado la novela para niños SOS Salvad al ratoncito Pérez y La pasión de Alma. En 2021 dio a conocer su Diario de un confinamiento.

Claudio Tolcachir, el director
(Buenos Aires, 1975)


Actor, director, docente y dramaturgo comenzó su formación en el Instituto Labardén y en la escuela Andamio 90, fundada por Alejandra Boero, figura clave del teatro independiente argentino desde los años 1960. Continuó preparándose junto a otros directores como Juan Carlos Gené y Verónica Oddó, al tiempo que comenzaba a trabajar en espectáculos profesionales tanto en el circuito independiente como en el comercial.

Como actor ha participado en más de treinta obras con directores como Daniel Veronese, Norma Aleandro, Carlos Gandolfo y Roberto Villanueva, entre otros. En 2001 fundó como director, junto con su grupo, la compañía TIMBRe4, que continúa en activo como espacio cultural de Buenos Aires, con la que montó Chau Misterix, Orfeo y Eurídice, Jamón del diablo, Lisístrata, La omisión de la familia Coleman, Tercer cuerpo, El viento en un violín, Emilia y Dínamo, estas últimas cinco piezas de su autoría. También ha dirigido obras como Atendiendo al Sr. Sloane, Agosto, Todos eran mis hijos, Buena gente, Tribus, Ay amor divino y La mentira, entre otras. 

Por sus trabajos ha recibido los premios ACE, Clarín, María Guerrero, Teatro del Mundo y Teatro XXI, y fue nominado al premio Konex como uno de los mejores directores de la primera década del siglo XXI. En 2014 recibió nuevamente un Diploma al Mérito de los Premios Konex, esta vez como escritor de teatro.

En los últimos años, Tolcachir también ha dirigido varios espectáculos ajenos, al tiempo que continúa impartiendo clases en su propia escuela, Timbre 4, en el tradicional barrio de Boedo, en Buenos Aires. Sus obras se han representado en más de veinte países y han sido traducidas a seis idiomas.

Claudio Tolcachir, director del montaje, ha sabido conducir con inteligencia y maestría el relato de Pacífico Pérez, otorgando a los dos actores con quienes ha trabajado y a una palabra que suena a verdad en cada frase y cada expresión, a partir de una excelente adaptación teatral que recupera lo esencial de la historia convirtiéndola en lenguaje dramático, todo su peso.

Carmelo Gómez, Pacífico
(Sahagún de Campos, León, 1962)



Estudió interpretación en la Escuela de Arte Dramático. Empezó en el teatro de la mano de Miguel Narros y será él quien lo ayude a ingresar en el Teatro Nacional. Más tarde trabajará también en la Compañía Nacional de Teatro Clásico donde consiguió gran prestigio como actor. Ha participado en prestigiosas obras de teatro como: Días de vino y rosas, La cena, La gata sobre el tejado de zinc caliente o El caballero de Olmedo.

Su debut cinematográfico se produce en 1986, pero no será hasta 1992 cuando le llegue su verdadera oportunidad, cuando el director Julio Medem le ofreciese el papel protagonista de su opera prima Vacas. Vuelven a trabajar juntos en La ardilla roja y Tierra. En 1994 rodó Días Contados de Imanol Uribe, con el que repitió en El viaje de Carol y La Carta Esférica. También es destacable en sus colaboraciones con la desaparecida Pilar Miró en Tu nombre envenena mis sueños y El perro del hortelano.

Entre otros títulos de su filmografía cabe destacar también: Secretos del corazón, Entre las piernas, La noche de los girasoles, Agallas y Silencio en al nieve.

Su labor televisiva alcanzó su máximo exponente con la serie La Regenta dirigida por Fernando Méndez Leite, y adaptación de la magistral obra de Leopoldo Alas "Clarín", uno de sus últimos trabajos en este medio ha sido la tv movie Vuelo IL 8714

Entre sus premios destacamos el Goya al mejor actor por la película Días Contados en 1994, por la misma película obtuvo el Fotogramas de Plata como mejor actor en 1994 y el Ondas, concedido por la SER, como mejor actor en 1994, y el premio al mejor actor en 1995 concedido por la Unión de Actores. Ese mismo año se le concede el Premio Nacional de Cinematografía dado por el Ministerio de Cultura. El segundo Goya le llegó por su interpretación en El Método, en la categoría de mejor actor secundario.

Su carrera como actor de teatro, le ha llevado a trabajar con los mejores directores como Miguel Narros, Mario Gas o José Mª Flotats. Uno de sus últimos trabajos ha sido Días de vino y rosas, por el que recibió unas magníficas críticas y el apoyo del público. Y con su último trabajo, Elling, ha recibido el Premio Ercilla de teatro, al mejor actor protagonista.

Carmelo Gómez está magistral en su interpretación de Pacífico. Su derroche interpretativo no da tregua. Intenso, desgarrador. Tan auténtico y cercano que el público, no sólo no quiere dejarlo marchar, sino que quiere salvarlo (si eso fuera posible).

Miguel Hermoso, el doctor Brugueño
(Madrid, 1971)


Hijo del director de cine Miguel Hermoso (1942) y de la directora de casting Elena Arnao (1945), Miguel Hermoso es diplomado en Interpretación por la R.E.S.A.D. (Real Escuela Superior de Arte Dramático), acudió a seminarios de teatro con Fermín Cabal y Alfonso Sastre y estudió también un año de dirección escénica en la R.E.S.A.D.

Tiene además estudios superiores de música: solfeo, guitarra y piano en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid; armonía, composición y arreglos en el Taller de Músicos de Madrid (jazz y música actual) y guitarra eléctrica (Rhythm and blues) con Jorge Cabadas.

Recordado, en principio, por aquel éxito en televisión interpretando a Diego de la Vega en Yo soy Bea. El malo, ambicioso, perverso, maquiavélico De la Vega, al que supo que había que llevar al extremo hasta el ridículo, logrando convertirlo en uno de los favoritos de los espectadores. Súmenle en su haber más aciertos como el magnífico Quevedo en Alatriste, más series como Amar es para siempre, Arrayán, Raquel busca su sitio o El Ministerio del Tiempo y también en los escenarios a Don Luis Mejía, en Don Juan Tenorio, en La familia de Pascual Duarte o La Culpa, de Mamet.

En el 2002 ganó el Premio de la Unión de Actores al Mejor Actor Secundario de Teatro por la obra La Prueba. A partir de entonces hizo obras de teatro como Excusas (2004) de Jordi Sánchez y Joel Joan; Ojos Bonitos (2005), de Mario Vargas Llosa; El gran regreso (2006), de Serge Kribus; Fiel (2008), de Chazz Palminteri; y Amor Platoúnico de David Desola.

Miguel Hermoso realiza un trabajo excepcional en Las guerras de nuestros antepasados, interpretando este personaje desde una generosa contención que apuntala, ilumina y acompaña el soberbio papel otorgado a su interlocutor.


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