"Juan no puedo contestar nada porque no he estudiado pero últimamente estoy jugando muy bien al tenis el domingo me sacaron en el Marca voy a ser un campeón y tú y yo vamos a ir a celebrarlo”. Estas frases mal puntuadas de un chico en un examen impulsaron a Juan Mayorga a soñar esta pequeña joya de su ya de por sí maravillosa dramaturgia. En palabras del propio Mayorga, El chico de la última fila es "una obra sobre maestros y discípulos, sobre padres e hijos, sobre personas que ya han visto demasiado y sobre personas que están aprendiendo a mirar; una obra sobre el placer de asomarse a las vidas ajenas y sobre los riesgos de confundir la vida con la literatura. Una obra sobre los que eligen la última fila: aquella desde la que se ve todas las demás. Y el lector/espectador convendrá que es así. Pero, sobre todas las cosas, es un texto que habla de los límites morales de la ficción, de la necesidad que todos tenemos de que nos cuenten historias y fantasear, sobre uno mismo o s...